SESGOS y desinformación
Sanz Blasco y Carro de Francisco sostienen que si bien el fenómeno de circulación de información falsa no es nuevo ni se limita a las redes sociales éstas han sido campo de cultivo para la proliferación de la desinformación. Esto se debe a la facilidad de acceso que nos brinda la Internet, la facilidad de réplica de este medio y a los diversos sesgos cognitivos que nos dificultan el rechazo de este tipo de información.
Sanz Blasco y Carro de Francisco afirman que «Existe una razón fundamental por lo que las falsas noticias prosperan: nuestro funcionamiento cerebral y un modo de procesar la información perezoso, emocional y cargado de errores cognitivos.» ¿Cuáles son los principales sesgos involucrados en el procesamiento de la información?
Sesgo de representabilidad: Es la tendencia a generalizar intentando encontrar similitudes entre una persona u objeto y el grupo al que pertenece. Este sesgo explica la inclinación a incurrir en prejuicios de raza, sexo y otros.
Sesgo de disponibilidad: Consiste en la tendencia a basar nuestras creencias y decisiones únicamente en la información más disponible o la primera información a la que tenemos acceso.
Sesgo de anclaje: En relación al sesgo anterior, el sesgo de anclaje es la tendencia a quedarnos con la primera información que nos llega, nos anclamos en esa primera información y no consideramos ninguna otra.
Efecto de negación de precedentes: En relación con el sesgo de anclaje, es la tendencia a evitar información que contradiga la opinión ya formada.
Efecto de subirse al carro o efecto bandwagon: Es la tendencia a relacionarnos con personas que comparten nuestras opiniones y creencias.
Como se declaró con anterioridad, la mayoría de los sesgos se relacionan entre sí generando incluso que la diferencias entre uno y otro sean difíciles de establecer.
Fuente:
Sanz Blasco, R.; Carro de Francisco, C. (2019). Susceptibilidad cognitiva a las falsasinformaciones, en Historia y comunicación social 24 (2), 521-531.
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